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Tuesday, June 7, 2016

El ajedrecista que se atrevió a ser disidente


Ha muerto quien al decir de Leonard Barden fue el más grande ajedrecista que jamás fuera campeón mundial. El lunes 6 de junio, tras seis décadas de batallas en el tablero y alrededor del mismo, después de una apoplejía que lo confinó a una silla de ruedas y le atrofió el habla, murió, en Wohlen, un pueblo cercano a Zurich, a los 85 años, el gran maestro ruso Victor Korchnoi.

Apodado “Víctor el Terrible”, no solamente por su intensa combatividad ante el tablero, sino por su carácter amargado y su actitud siempre controversial, Korchnoi nació en lo que se conocía entonces como Leningrado, en un crudo invierno de 1931, producto de una unión improbable: su padre era polaco y católico y su madre era judía rusa. Se inició en el ajedrez a los trece años, durante el sitio nazi a la ciudad. Era entonces un joven hambriento que estaba interesado en la declamación, el piano y el ajedrez, pero como tenía una voz pésima y no había piano en su casa, se decidió por el ajedrez. Quizá estas circunstancias expliquen la fundación de su personalidad.

Fue campeón soviético en cuatro oportunidades entre 1960 y 1970, en una época en la cual coexistieron en ese país los talentos más grandes de la historia del ajedrez, ente los que se contaban Tal, Botvinnik, Petrosian, Spassky, Stein, Polugaevski, Geller, Smislov, Taimanov, Bronstein y muchos otros genios. Ganó una casi infinita cantidad de torneos internacionales de primera línea, entre ellos la segunda y la séptima edición del Capablanca In Memoriam, en los años 1963 y 1969 respectivamente (en esta última lo hizo empatado con Alexei Suetin), pero alcanzó su protagonismo más grande en sus encuentros con Anatoly Karpov, con quien se enfrentó tres veces por el título mundial (aunque en la primera batalla en 1974, el título se le cedió a Karpov al año siguiente porque Fischer renunció a defender su título).

Siendo Karpov el favorito de la burocracia soviética, la federación de ajedrez le puso obstáculos a Korchnoi durante el match, no permitiendo a ningún gran maestro soviético que asistiera como entrenador a Korchnoi. David Bronstein se atrevió, y como confesó en su libro Secret Notes publicado en 2007, fue castigado por ello y además lo forzaron a jugar un torneo antes de que comenzara el match en 1974. Finalmente, Korchnoi, quien jugó casi todo el encuentro solo contra Karpov y su ejército de asistentes, consiguió la asesoría de los británicos Raymond Keene y William Hartston, ya tarde. Perdió  12.5-11.5.

Después de este match, la mayoría de los grandes maestros soviéticos, liderados por Tigran Petrosian, hicieron declaraciones públicas en contra de Korchnoi y la federación le prohibió jugar torneos internacionales. En 1976, tras conseguir jugar un torneo en Amsterdam, Korchnoi decidió desertar y radicarse primero en Holanda, luego en Alemania Occidental y finalmente se estableció en Suiza, donde vivió desde 1978 hasta esta semana. Atrás quedó su esposa Bella y su hijo Igor, quien fue a parar a la cárcel en venganza perpetrada por el gobierno.

Poco antes de su segundo match con Karpov, en 1978, comenzó la lucha porque liberaran a su hijo y el gobierno soviético le prometía liberarlo y luego se lo negaba. Bajo estas circunstancias se enfrentó a Karpov, tras arrasar con Petrosian, Polugaevski y Spasski en el torneo de candidatos. El encuentro tuvo lugar en Baguio, Filipinas y se convirtió en un gigantesco show mediático y político. Hubo quejas de que los soviéticos instalaron un hipnotizador en el público y que le mandaban señas secretas a Karpov. Korchnoi exigió ubicar unos espejos en el escenario y que se hicieran radiografías de las sillas antes de cada juego por temor a que los soviéticos hubieran instalado dispositivos de causar ondas magnéticas o de hacer sonidos cuando le tocara el turno a de jugar a él. El tope se extendió a 32 juegos y Karpov resultó vencedor al ganar seis partidas contra cinco Korchnoi y entablar veintiuna.

El siguiente encuentro por el campeonato mundial tuvo lugar en Merano, Italia, en 1981. El hijo de Korchnoi seguía preso y en una jugada viciosa, fue liberado y forzado a enrolarse en el ejército, con lo cual no se le permitió abandonar el país. “La masacre de Merano” terminó con un triunfo de Karpov en dieciocho partidas. El campeón ganó seis y Korchnoi solamente dos. Tenía ya 50 años y cinco años de batalla contra el aparato soviético.

No obstante, Korchnoi se mantuvo jugando a los más altos niveles hasta bien entrados los setenta años. En 1984 se enfrentó a Gary Kasparov en el torneo de candidatos. El encuentro debió realizarse en Los Angeles, pero los soviéticos no permitieron que Kasparov fuera, alegando la ventaja política del “desertor y traidor” Korchnoi en pleno corazón del “imperialismo”. El triunfo le fue adjudicado a Korchnoi por abandono de su oponente, pero este se negó a ganar de esa manera y aceptó que el evento se trasladara a Londres, en donde fue derrotado con facilidad por Kasparov. En 2006 ganó el campeonato mundial para seniors, en el cual participaron jugadores de la envergadura de Yanis Klovan, Vlastimil Jansa y Yevgueni Vassiukov. A los 75 años todavía ocupaba el lugar 85 en el ranking de la FIDE.

Korchnoi fue un hombre amargado Su carácter se reflejaba en su juego, que era agresivo y complicado, a veces incomprensible. No tenía buena opinión de ninguno de sus oponentes, de quienes decía (y esto incluía a Petrosian y a Tal entre otros campeones mundiales) que eran jugadores inferiores. Se le consideraba arrogante y desdeñoso. Lo fue.

Solamente reconoció como sus grandes influencias a Mijail Botvinnik y a Emmanuel Lasker, este último en el aspecto psicológico. De  los contemporáneos solamente respetaba a Fischer, de quien consideraba que su nivel era “de otro planeta” y a Kasparov. Ni siquiera Spasski, su amigo de la infancia, se salvó de su azote verbal.

Durante el Capablanca de 1969 andaba yo en compañía del maestro internacional español, ciudadanizado cubano, Francisco J. Pérez, cuando nos tropezamos con Korchnoi a la salida del Salón de Embajadores del hotel Habana Libre. Pérez lo conocía y mezclando ruso con francés le preguntó que cómo se las arreglaba para mantener esa actitud beligerante ante sus oponentes y Korchnoi replicó que cuando se sentaba al tablero, minutos antes de comenzar, se concentraba pensando que su contrario de turno era su enemigo mortal, que le había mentado la madre y piropeaba a su esposa.

Controversial y difícil de sobrellevar, no todo fue heroísmo en su vida. Cuando finalmente, en 1982, liberaron a su hijo y lo dejaron salir junto a Bella, la esposa de Korchnoi, este no fue a recibirlos al aeropuerto, sino que envió a un abogado con una demanda de divorcio para que esta la firmara. Igor nunca más habló de su padre en público.

Se mantuvo como fiel enemigo de la Unión Soviética hasta que esta desapareciera antes que él. Detuvo a un entrevistador que mencionó la palabra emigrante refiriéndose a él, para aclarar que lo suyo fue deserción y exilio en protesta contra las autoridades soviéticas porque no podía vivir en un país que no respetara la individualidad.

Korchnoi fue un hombre de grandes contradicciones entre el protagonista público, el individuo privado y el ajedrecista. Jugó más de cinco mil partidas en torneos oficiales y mantiene record positivo contra muchos de los grandes campeones de todos los tiempos (Tal, Petrosian y Spasski). Tesonero y siempre abierto a aprender, Vassiukov calificó su juego como “falto de armonía interna” pero agregó que como “el gran luchador y deportista que era, fue capaz de sobreponerse a sus limitaciones”. Acaba de morir un grande, un hombre que tuvo que enfrentarse tanto a sí mismo como a la época que le tocó vivir.


Roberto Madrigal

2 comments:

  1. hay una anécdota simpática con K y Bruzón. coincidieron en un torneo y K ofreció tablas. B, joven y ambicioso con leve ventaja de blancas, forzó y perdió, y K en su mal espanol le dijo al final: "cuando la vieja dice tablas, acepte tablas". Un abrazo

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  2. Yo lo vi de lejos, pero como mal ajedrecista,preferia a Tal porque se decia que era mas contestario. Claro esta, que como buen oculto gusano, soportaba a Fischer. Que sabes tu del yoga antes del torneo ? desde el norte con amor, tu amigo

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